Mucho se está hablando estos días de la publicidad o no en las bitácoras. La excusa: cubrir gastos. El periodista canario Manuel Almeida nos presenta dos nuevas posibilidades: limitar la publicidad para los lectores procedentes de los navegadores y/o los inconscientes que siguen utilizando el IE (ya es delito, a estas alturas de la película). Repito, llevo cuatro años filtrando indiscriminadamente la publicidad a través del proxy local Proxomitron. En Linux: Privoxy.