#2 En Navarra es igual, a 40 tantos cada ocho, y al mejor de 5 ochos. Si ganas 3-0, no se juegan los otros ochos.
Y con cuatro reyes, nada de ocho reyes, que eso no es mus, es una manifestación monárquica.
Se llama ocho porque 40 tantos son ocho amarrekos. Cambian los nombres pero el tanteo es igual.
Ya sabemos por qué hay tantos cretinos en algunos partidos, periódicos, redes sociales,... Hipotiroidismo congénito = No mires arriba
Coñas aparte, gran labor de esta mujer. Cuando la ciencia entra en casa, por las ventanas huyen la magia, la brujería y la mitología, incluyendo religiones
#6 Yo, cuando era muy pequeño, iba delante con mi madre (somos 6 hermanos). Y ella me decía que, si pasaba algo, ella me sujetaría muy fuerte y no me pasaría
nada. Gracias, mamá, por salvarme la vida en todos los viajes.
Cuando conocí la primera ley de Newton y el profesor habló de accidentes, se me pusieron los pelos de punta.
Y gracias, papá, por no tener nunca un accidente.
Supongamos que el usuario fuera Hitler, o alguien similar, no quiero dar nombres, pero todos pondríamos a ######.
Si el bot es inteligente, por el bien de la humanidad, puede pensar que lo mejor es el suicidio
#15 No se la explicaste bien. Le podías haber dicho:
Yo soy el agujero negro. Tú eres una astronauta. Cuando estás junto a mí, ¿a qué te parece que el tiempo pasa mucho más lento? Cuando estás lejos, con tus amigas por ejemplo, el tiempo se te pasa mucho más rápido.
Es todo coña, eh? Es solo para que le expliques la relatividad de forma sencilla
#8 Verdaderamente, solo dice cosas de sentido común. Pero cuando eres padre primerizo, todo el mundo te dice lo que tienes que hacer, y te ves desbordado. Y tu sentido común va menguando, hasta creer que todo lo que haces está mal.
Si tú no pasaste por eso, enhorabuena. Eres más listo que yo. Sin acritud.
Gracias, maestro, por enseñarme a enseñar a mis hijos a comer. Con el primero lo pasé mal, al principio, cuando un pediatra de pago me dijo, que mi hijo, con 6 meses, tomara menos leche para que comiera más purés. Y mi hijo solo quería leche. Me compré tu libro MI NIÑO NO ME COME. Mano de santo. Las comidas dejaron de ser un drama y mi hijo, poco a poco, fue descubriendo la fruta, la verdura, la carne, el pescado. Sin lloros, sin berrinches, sin bolos de comida en la boca,ñ. Las comidas eran un rato fantástico para estar todos juntos y no una pesadilla, con toda tranquilidad.Si no quería comer mucho no pasaba nada. Ya cenaría más. Ningún niño se muere de hambre si hay comida, lo verdaderamente grave es un niño con hambre y sin comida, eso es un trauma para sus padres.
Con el segundo hijo, igual. Le empezamos a dar comida cuando la pidió, ni siquiera purés. Al principio, todo machacado con el tenedor. O trocitos muy pequeños. En pocos meses disfrutaba de la comida como el que más. Y las comidas eran un acto familiar agradable, divertido, incluso para jugar y reírnos.
He regalado tu libro a montones de padres primerizos. Solo espero que hayan disfrutado con sus hijos como lo hice yo en las comidas.
Un saludo, Carlos. Un padre que te estará eternamente agradecido .