Trump ganó las elecciones del año 2016 gracias a Facebook pero lo único que Zuck ganó con ello fue el dinero de los anunciantes y el desprecio del público. Con el Twitter de Musk ha pasado algo parecido, pero a diferencia de lo que sucedió en 2016, esta vez si que ha sido parte directa en la consecución de la victoria de Trump y ahora quiere cobrarse el trabajo (y gasto) realizado.
Los nubelistas siguen ahora la estela de Musk y se han dado cuenta de que formar parte activa del gobierno es tremendamente importante si quieren llegar a conseguir sus petulantes objetivos, como explica Senserrich en su artículo. Por eso se han quitado la careta, porque no quieren quedarse atrás viendo como el sudafricano loco les adelanta. Porque él les ha marcado el camino.
Los nubelistas siguen ahora la estela de Musk y se han dado cuenta de que formar parte activa del gobierno es tremendamente importante si quieren llegar a conseguir sus petulantes objetivos, como explica Senserrich en su artículo. Por eso se han quitado la careta, porque no quieren quedarse atrás viendo como el sudafricano loco les adelanta. Porque él les ha marcado el camino.