#32 Dos detalles que para mí parecían obvios y a mi madre nunca la hicieron sospechar:
-El chaval que ha estado fumando porros va a llegar a casa con más hambre que el perro de un ciego. Si viene de fiesta y se come 4 donuts, cinco lonchas de jamón y media docena de madalenas, es que ha estado fumando.
-Para el que le van las anfetaminas/speed, viene de fiesta con los morros en carne viva y a las 3 horas ya está despierto (ha estado despierto las tres horas, pero no tenía cojones de salir del cuarto). Además el día siguiente no va a tener ganas de comer nada.
-Por los adolescentes y la cocaína no hace falta preocuparse, no tienen bastante dinero como para crearse un hábito.
#17 El otro día mi hijastro, bajo el efecto de un par de cubatas (tiene 23), me hablo de un amigo de la infancia, del pueblo, que se había pasado a la coca y posiblemente la heroína, y estaba tan triste por como le afecta qué estaba pensando decírselo a los padres. Le recomendé que se callará.
#8 Esto no es coña. Una vez mi perro se comio como un gramo de polen. Lo pasamos muy mal para evitar que mi madre se diera cuenta que el perro estaba muy colocado.