"Las risas de todo el vagón cuando se cerraron las puertas fueron de merecer . Los que lo habían visto se lo contaban a los que no , aunque no se conocieran , y entre carcajada y despiporre llegue a la siguiente estación .FIN “No abondones a tu cámara …, el nunca lo haría ”
Las sartenes de acero inoxidable son los utensilios de cocina más utilizados en la mayoría de los restaurantes. Pero la suya probablemente esté ahí, descuidada, después de que su último intento de freír una pechuga de pollo pegara el ave al metal, dando como resultado una comida destrozada y un anillo quemado de proteína carbonizada firmemente pegado al fondo de la sartén.
"Tiene que haber una forma mejor", exclama usted, como si se tratara de su propio infomercial de la vida real. Y te aseguro que la hay: utilizando la ciencia y la gestión adecuada del calor, puedes aprovechar el efecto Leidenfrost para dotar a tus utensilios de cocina de acero inoxidable de superpoderes antiadherentes.
No queremos exagerar, así que aclaremos que nunca podrá cascar un huevo crudo en una sartén fría de acero inoxidable sin aceite, freírlo a fuego lento y deslizarlo hasta el plato. Pero tu comida se moverá cuando lo necesite, y nunca más tendrás que añadir un cincel a tus utensilios de lavado de vajilla.
Cómo utilizar correctamente las sartenes de acero inoxidable
A no ser que estés calentando algo, nunca debes poner comida en una sartén de acero inoxidable fría; siempre debes precalentar tus utensilios de cocina antes de poner nada en ellos, incluso el aceite.
Hay un par de razones para ello. En primer lugar, cuando los alimentos fríos y ricos en proteínas (como la carne o las aves de corral) se calientan junto con una sartén fría, las proteínas se unen a algunos de los elementos del metal, como los átomos de hierro. Por eso tu malogrado pollo acabó pegado a la sartén la última vez. No hay consenso científico sobre el porqué de esto, pero algunos creen que el mismo principio se aplica a los huevos y sus cáscaras, razón por la que siempre debes cocinarlos bajándolos al agua hirviendo en lugar de empezar desde el frío. Cuando se echan los huevos en agua fría, la clara, rica en proteínas, se une fuertemente a la membrana exterior,
Después de algunas de las soberanas mierdas que ha perpetrado en las series animadas ("mundo entre mundos", Resistance entera, el infantilismo de todas ellas), mejor que le hagan responsable de contar ovejitas o algo igualmente inocuo.
Al menos explica que lo de resucitar a Darth Maul no fue culpa suya.
Nada que no se supiera ya, el uso continuado de antiinflamatorios (AINEs) se asocia a mayor riesgo de patología cardiovascular y el diclofenaco no es una excepción.
Hace unos años se publicó un estudio en NEJM que parecía indicar que el menos perjudicial es el naproxeno (Antalgin) como también sugiere este estudio, pero tampoco está claro.
Mi recomendación: Salvo que no hasta alternativa, no usarlos más de una semana seguida y por encima de los 60 años no usarlos en absoluto.
Ya está bien que el fútbol, o cualquier otra cosa de similar calado, sirva de benevolente excusa para aceptar como normal en la vida hechos como éste.
Y aún me molesta más que, con cuatro frases de la noticia, otros hagan su artículo, destacando las irregularidades de no se que empresas que contratan cuasi ilegalmente personal auxiliar no cualificado para trabajar en condiciones irregulares.
Pues no es el caso éste. No.
Éste vigilante, Javier Arenas, no es un "auxiliar no cualificado", sino un profesional de la seguridad privada. Es Vigilante de Seguridad desde hace más de 15 años; además, está debidamente cualificado para trabajar con explosivos; además, está debidamente cualificado como escolta privado; además, está debidamente cualificado como adiestrador canino. No es un Auxiliar.
Éste vigilante, Javier Arenas, durante sus años de servicio en las diferentes empresas de seguridad por las que ha sido contratado, ha cubierto puestos tan diversos que comprenden un abanico que abarca desde perseguir carteristas en el Metro hasta cubrir puestos especializados en el entorno de las más altas Administraciones del Estado.
Éste vigilante, Javier Arenas, como miles de otros vigilantes más, y seguramente debido a la precariedad que se sufre en el sector desde hace tiempo, trabaja a tiempo completo para una empresa que en ocasiones no le paga a tiempo, no le paga un mes o no le paga dos meses. Javier Arenas, como miles de trabajadores más, tiene la obligación de seguir trabajando aun cuando tenga dos nóminas atrasadas sin cobrar o le deban las horas extras de seis meses. Javier Arenas, como todos los demás, aunque no cobre su sueldo debe seguir pagando las facturas y comer cada día. Javier Arenas, como cientos de otros vigilantes, a veces se ven empujados a complementar su trabajo con eventos ocasionales, como en éste caso, en que se les contrata por cuatro o seis horas a seis euros la hora. Quizá un sueldo bajo… » ver todo el comentario
(Resumen de un profesor de Psicología social en París)
El neoliberalismo ha logrado, mediante el acoso de la publicidad, la idealización del lujo y el consumismo compulsivo, que nos convirtamos en esclavos del trabajo, sometiéndonos por propia voluntad a sus intereses. Que seamos nuestros propios verdugos, matándonos a trabajar, literalmente, y que veamos este estilo de vida, asfixiante, ultra competitivo y enfermizo, como algo natural, deseable y positivo. Al final estamos agotados y deprimidos, sometidos al criterio de una supuesta eficiencia. Se reduce al individuo a mero competidor del otro y la vida a la entrega al trabajo y el rendimiento. Esclavo de si mismo. Explotador de sí mismo, sin tiempo para ser libres, sin tiempo de ocio.
El neoliberalismo “ha tomado nuestras mentes” y nos ha convencido que debemos exigirnos lo imposible para complacer a los mercados y ganar dinero sin descanso, nos ha convencido que debemos dar nuestra vida, entregarla trabajando al nuevo dios del beneficio empresarial. El propio individuo se auto exige trabajar y rendir hasta la enfermedad. El trabajador se convierte en su propio explotador. Mientras, ellos, los que hablan de trabajar sin descanso para encontrar la felicidad, pasan los días practicando golf, leyendo, jugando, paseando al perro, descansando con sus familias o tomando vino al borde de la piscina. Es decir, viviendo. Relajándose. El neoliberalismo es para los incautos, para las masas, que poco o nada entienden de sofisticadas estrategias de manipulación mental e ingeniería social. Ellos prefieren vivir a competir sin descanso. El fin es convencer a las masas que pueden ser felices matándose a trabajar, compitiendo entre ellos hasta lo irracional, cuando el verdadero objetivo es, que generen beneficio a cambio de poco dinero y muchas horas de trabajo. Y lo han conseguido.
El neoliberalismo ha logrado que nos sintamos libres mientras nos explotamos a nosotros mismos. Agotados, estresados. Aislando a cada individuo en la obsesión de sus objetivos materiales, para que las clases medias y bajas no se unan y reivindiquen una vida mas digna, mas tranquila, mas libre, mas lúdica, mas justa, mas humana.
La sociedad cansada, la sociedad de esclavos agotados que piensan que han triunfado, que piensan que son libres.