#2#55#75 No es necesario el pin parental, porque todo se debe cambiar desde la sociedad, y desde ahí se cambia el Estado, así podemos llegar a tener algunos principios morales comunes que pueden ser valiosos para no llegar a los palos entre una miriada de sectas cocinadas en sus propias burbujas ideológicas.
Por hablar de casos concretos (que nunca hablamos de casos concretos):
CASO1: clase de tauromaquia para niños. El niño puede ir sin problemas a esa clase, porque la tauromaquia esta ampliamente denostada en todo el mundo y a punto de extinguirse. En ese caso ni siquiera los padres tienen que esforzarse en explicarle lo que esta mal con eso, enseguida lo va a entender en cuanto ponga una película de Disney, y a poco que se haga mayor el niño va a poder decir con tranquilidad que maltratar animales por diversión esta mal, y nadie le va a montar un pollo. No va a sufrir.
CASO2: clase donde se habla de la diversidad sexual. El niño se la salta gracias al PIN y no se entera sobre derechos, tolerancia y esas cosas (que estamos de acuerdo en que no adoctrina una gaita pero es un intento para prevenir que la galleta que se llevará el niño en el futuro no sea tan gorda). El caso es que el niño toma las ideas chungas que tienen sus padres sobre la homosexualidad, los lgtbs, etc cuando se haga mayor y las repita, a poco que salga de su burbuja, tendrá más posibilidades de darse una buena castaña con la realidad.
Esto es porque en el CASO1 las cosas se han hecho bien y se ha contagiado a la sociedad con las ideas de compasión hacia los bichos, con la reprobación de festividades sanguinarias con ellos, etc. Mientras que en el CASO2 lo que se ha hecho es aislar a los niños de la sociedad.
#75 No ninguna opinión en general vale más que otra. Y nadie está diciendo que valga más, bueno si, vosotros estáis diciendo que vale menos porque es un entrenador de futbol. Lo que si se pide es que si no sabes de lo que hablas te calles, y eso lo hacen mucho, famosos y no famosos. Profesores y no profesores.
Las opiniones valen el razonamiento (y los datos) que las acompañan. En ocasiones las opiniones de ciertas personas valen más por las experiencia que tienen y los datos que poseen sobre el tema a tratar.
Pero la opinion de nadie, por llamarse Jaimito o Pepito o tener un titulo o dejar de tenerlo vale más (o menos).