“Esta es una crisis, una crisis humanitaria, ambiental y de salud”, aseveró Fleischmann. “Y lo que más nos aterra es lo que está por venir”. En Boca do Mamirauá, a unas dos horas en lancha de Tefé, la sequía de las vías fluviales ha provocado que las reservas de alimentos básicos y medicamentos disminuyan y ha impedido que los niños puedan realizar el viaje por río a la escuela. Sin alternativas, algunos residentes están bebiendo, cocinando y bañándose con agua contaminada. “Esta agua está enfermando a los niños y ancianos”, afirmó Braga.