"Hace mucho que las Administraciones del Estado externalizan algunas funciones “auxiliares”, como la limpieza, la recepción y la seguridad, a empresas que pagan salarios inferiores. No obstante, estas mismas Administraciones han recurrido progresivamente a consultores externos, que resultan más caros, para que desempeñen funciones centrales del Estado, como la elaboración de políticas públicas, iniciativas legislativas, contratos públicos o incluso planes de reestructuración del sector público."