El joven ha estado en Abu Dabi durante más de un año, bajo la supervisión de su abuelo, Juan Carlos I. A pesar de que goza de ciertas comodidades, lejos de sentirse a gusto, el chico pasa por un periodo complicado, la vida en un ambiente tan distinto al de Madrid le pesa de manera significativa. Su padre, Jaime de Marichalar, no ha dejado de buscar relaciones en el sector empresarial, pero ha tocado constantemente con un obstáculo invisible pero potente: el miedo a enemistarse con Felipe VI y las posibles consecuencias que esto podría generar.
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