El telón sube. El joven guionista acaba de entrar en la agencia de asesoramiento con una carpeta bajo el brazo. En sus ojos brilla la ilusión y la esperanza. Está ahí para convertir el mundo en un lugar mejor. Se dirige a la secretaria que le conduce a una sala en la que le esperan otras dos personas. -¡Hola! Un placer conocerte al fin ¿qué nos traes? -Hola, tal como hablamos tengo un guión para una novela gráfica de 300 páginas. El protagonista es un hombre que… - ¿Un hombre? Mal empezamos. No será blanco ¿no?
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