Miami Connection (1987) pagada, escrita y dirigida por Y.K. Kim, sensei coreano de Taekwondo que decidió facturar un truño fílmico protagonizado por sus estudiantes y demostrar a los niños el efecto pacificador de una buena patada giratoria en la boca. La peli sólo fue estrenada en un pase pagado por el propio Kim en el Festival de Cannes, hasta que llegó Drafthouse Films en 2012 y recuperó la cinta del cubo de basura de la Historia, anunciando una nueva era de luz y felicidad para el género humano.