Se suele decir que comprar un coche es la peor inversión posible. En el momento en el que nuestro coche está matriculado y ha puesto una rueda fuera del concesionario ya ha perdido valor. Y va a seguir perdiendo con el paso del tiempo. Al cabo de un año ya habría perdido un 16 %. Eso según Hacienda, porque la realidad es a veces más cruel. Y en el caso de los coches eléctricos la depreciación es todavía más grande.
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