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Theodore Streleski: "Lo esencial era poder quejarme de Stanford y hacerlo con alguna repercusión"

«Me puse detrás de él. Lo golpeé de lleno con el martillo en la parte superior de la cabeza y luego le di dos o tres de lo que yo llamo “golpes de seguridad”, a la derecha de la sien. No hubo nada en absoluto violento en la acción. Retrocedió hacia la estantería con un movimiento bastante elegante. En algún momento escuché lo que supuse su último aliento. Le cubrí con una bolsa de basura limpia, como un sudario, por deferencia al bedel que probablemente lo encontraría.»

| etiquetas: asesinato , stanford , martillo

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