La Sala I, de lo Civil, del Tribunal Supremo ha estimado el recurso de José del marqués de Falces, Ramón Suárez-Otero Velluti, y determinado que era el titular por herencia y propietario exclusivo por posesión de la espada Tizona, atribuida a El Cid Campeador, y como tal podía disponer íntegramente de la misma, como así hizo al venderla en 2008 a un grupo de empresas y una fundación por el precio de 1,5 millones de euros.
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