Es innegable que los atentados obligan a tomar medidas de precaución. Sin embargo, el 13 de noviembre, los objetivos de los terroristas fueron el Estadio de Francia, el Bataclan, así como los cafés. Pues bien, no se han prohibido los partidos de fútbol, ni los conciertos; incluso se nos invita a celebrar nuestros valores en las terrazas tomando una copa. ¿Cómo creer que son razones de seguridad las que llevan a autorizar los mercadillos de Navidad y a prohibir las manifestaciones políticas?
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