Si es un varón, esa simetría debe incluir un torso grande, buenos hombros, pechos pequeños, piernas fuertes y una altura aceptable. En el caso femenino triunfan las piernas largas, el pecho considerable, hombros pequeños y una proporción cintura-cadera determinada. Estas características no son fortuitas ni se trata de modas. Están directamente relacionadas con el potencial reproductor, la calidad de los genes, la capacidad competitiva y la salud, incluyendo la facultad para evitar a los parásitos con más facilidad.