Surcar las olas con la tabla de surf en Barcelona es tarea harto complicada. Y el natural estado calmo del Mediterráneo no tiene la culpa. En verano, por respeto a los bañistas y en inverno, por la ordenanza de Convivencia, que establece sanciones de entre 750 y 1.500 euros cuando no se respeten "las señalizaciones sobre las condiciones y lugares de baño" o haya "bandera roja". "Las olas, para nosotros, son buena mar", lamenta Fred Chiodi, una de las tablas habituales del litoral barcelonés.