Las Sterbebild o tarjetas mortuorias eran el último recuerdo que los familiares de los soldados caídos en combate tenían de él. Sobre una pequeña cuartilla, se solía imprimir en ella el nombre del soldado, las condecoraciones más importantes que portaba, la unidad en que servía, la edad a la que había fallecido y en último término, el lugar. En el reverso del recordatorio se solía poner algún motivo religioso, o algún motivo o personaje histórico, además de una oración por el, y las fechas de nacimiento y fallecimiento.