Un desierto con dos mil arcos gigantes haciendo equilibrio, otro poblado de criaturas de lo más extrañas, un desierto donde emergen pináculos desde la arena, un desierto de color rojo, otro dorado, otro blanco y otro negro. Un desierto que una vez al año se vuelve un oasis, otro que parece un escenario digno de otro planeta, y otro, el lugar más cálido de la tierra, tanto que por cientos de kilómetros no hay signos de vida a simple vista.