Lo siento: voy a hablar de algo que hice. Necesito hacerlo para poder hablar de Petty. Hace poco escribí un libro que cuenta la historia de un hombre que participó en una competencia de baile, el Festival Nacional del Malambo de Laborde. El malambo es un baile folklórico argentino y consiste en un zapateo asesino y sostenido en el que un hombre muestra su destreza y su aguante. Laborde es un pueblo chico, al sur de la provincia de Córdoba. El festival existe desde 1966, y es el más prestigioso y desconocido del país.

Tal vez sea una normalización de estas actitudes extremas. No sé si hay más o menos racistas hoy, pero sí es verdad que ahora no tienen miedo de admitirlo y demostrarlo públicamente. Pero he de decir que en París yo no sentí el racismo.

Leila Guerriero visitó a familiares de caídos en Malvinas. Escuchó sus peregrinajes, resignaciones y esperanzas por restituir la memoria y poder duelar a las víctimas. Al finalizar la guerra, los ingleses identificaron los cuerpos de los soldados argentinos, pero el gobierno local nunca les avisó a sus parientes y siempre obstaculizó el proceso. Las respuestas llegaron por veteranos que tocaban la puerta luego de artesanales búsquedas, la solidaridad del sector privado y del Equipo Argentino de Antropología Forense.

La escritora, editora y periodista argentina tiene un nuevo libro en el que recopila sus columnas periodísticas. Es una de las cronistas más importantes en habla hispana del mundo.

Hablamos con la periodista Leila Guerriero sobre Santiago Maldonado, desenterrar a los fusilados por las dictaduras y las barreras que tienen las mujeres en la profesión

El cartel flota en la noche de Buenos Aires como el ala de una mariposa seca: Supermercado Express, letras rojas sobre fondo verde. En la vereda, una pizarra anuncia que se aceptan tarjetas de crédito y débito. Tomates y naranjas brillan lustrosos frente a los carritos de metal que se usan para llevar pedidos a domicilio. Desde adentro, detrás de su pequeño mostrador, Ale, el dueño del supermercado, me ve y me saluda con un gesto. No lo dice, pero es como si lo dijera.

Concierto para violín n° 1 de Max Bruch, con la interpretación de Leila Josefowicz como solista.

Para ser periodista hay que ser invisible, tener curiosidad, tener impulsos, tener la fe del pescador —y su paciencia—, y el ascetismo de quien se olvida de sí —de su hambre, de su sed, de sus preocupaciones— para ponerse al servicio de la historia de otro. Vivir en promiscuidad con la inocencia y la sospecha, en pie de guerra con la conmiseración y la piedad.

La periodista argentina Leila Guerriero recibió a El Faro para platicar sobre el periodismo en general y sobre el género de la crónica en particular. “Soy periodista, no cronista”, dice, consciente de lo que cuesta disociar su nombre de la palabra crónica.

El Forum de los Medios-Veritas Egypt pretende convencer a los asistentes de que el golpe de Estado del pasado julio “no ha sido comprendido”. Uno de los aspectos que están siendo criticados es que los organizadores de la conferencia han usado el nombre y la imagen de algunos invitados sin su consentimiento, anunciándoles en su página web como participantes activos en el evento, cuando en realidad habían aceptado acudir como meros periodistas u oyentes. Es el caso de esta cronista que escribe y el de la profesora Leila Nachawati Rego.

Leila Guerriero (1967, Junín, provincia de Buenos Aires) tiene fama de gran reportera y editora rigurosa, exigente. Es la responsable de la revista Gatopardo en el Cono Sur. El periodista y escritor chileno Alberto Fuguet sostiene que deja «el manual de estilo de la revista The New Yorker a la altura de un paseo por un balneario». Ella se defiende entre risas: «Creo que exagera, en el The New Yorker son terribles».

El artículo de Žižek es el ejemplo perfecto del izquierdista europeo sentado en el bar tomando una cerveza mientras habla sobre poblaciones enteras que luchan de un modo que él sólo conoce por los libros y películas. Su retrato de que nuestra opción está entre A) el Apoyo a Assad o B) a los islamistas es el error histórico típico de gran parte de la izquierda europea. Con toda su teoría social, no consideran las opciones C, D, E, F y sus numerosas combinaciones. Es como si en EEUU las dos únicas opciones fueran los republicanos y los demócratas

¿Se puede cantar en árabe a la homosexualidad y tener éxito? El grupo libanés Mashou3 Leila, que podría traducirse en español como proyecto nocturno, ha confirmado no sólo que es posible, sino que una parte de la nueva generación de Oriente Próximo se siente identificada con su rebeldía pese a la imagen de radicalismo y conservadurismo que transmiten los clichés occidentales. Sexo, violencia de género, guerra, inmigración, homosexualidad, crisis económica… Todos los tabúes regionales desaparecen cuando Hamed Sinno, el compositor e intérprete...

El primer bautista que dejó su hogar para esparcir el evangelio no fue William Carey. Ni tampoco Adoniram Judson. Entonces, ¿quién fue? En el capítulo 6 de 10 Who Changed the World, Danny Akin presenta a George Leile, un hombre negro...

A los 103 años, la doctora Leila Denmark aún atendía niños y por eso, en 2001, fue declarada la profesional más vieja del mundo en ejercicio de la medicina. Murió en Georgia, a los 114 años. Se ocupó durante más de 70 años de niños enfermos. Cuando Denmark se graduó en 1928 de médica en el Medical College of Georgia, fue la única mujer de su camada en lograrlo. Sus investigaciones sobre la tos ferina llevaron en los años 30 al desarrollo de una vacuna.

Leía hace poco la noticia de que en uno de los palacios del depuesto dictador tunecino Ben Ali, su mujer, Leila Trabelsi, guardaba mil pares de zapatos de las marcas más caras y prestigiosas. ¡Mil pares de zapatos!

La joven africana de 25 años, fue elegida como nueva Miss Universo en la gala celebrada la noche de este lunes en Sao Paulo, Brasil.

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Es la emperadora de Túnez, dueña de la voluntad del presidente y de los torcidos destinos de un país que ha explotado de rabia. Un sistema que asfixia al pueblo mientras tiende alfombra roja al paso de sus propias élites que son, sobre todo, miembros de la familia de la primera dama.

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En 1969 secuestró un avión de TWA que volaba de Roma a Atenas y obligó al piloto a aterrizar en Damasco; una vez desembarcado el pasaje, dinamitó el avión. En 1970 intentó secuestrar un vuelo de la compañía israelí El-Al, llevando dos granadas. Leila Jaled sigue pensando lo mismo. Cree en la destrucción de Israel y en el retorno a sus casas de los exiliados palestinos. Por eso no cree en negociaciones de paz, ni en la futura coexistencia de dos Estados, ni en la Autoridad Palestina de hoy.

Leila Deen, militante de de la organización ecologista Plane Stupid, ha arrojado esta mañana unas "natillas verdes" a la cara del ministro británico de Empresas, Peter Mandelson, cuando este llegaba a la cumbre sobre el cambio climático. "Lo he hecho por la construcción de la tercera pista de Heathrow y porque corrompió a nuestro Gobierno para crear algo que terminará destruyendo el clima", gritó Deen, quien consiguió abandonar el lugar sin que nadie la detuviera o tomara sus datos.

AMÁN.- Leila Jaled comenzó a militar en el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) desde el exilio, siendo una adolescente, impulsada por la frustración de la ocupación y sus propios recuerdos de la 'Nakba', la 'catástrofe' con la que los árabes señalan la creación del Estado de Israel en Palestina...