Con los cientos de detenciones que ha promovido, Garzón es, sin duda, el juez europeo que más denuncias de tortura ha escuchado en estos años, sin que jamás hiciera nada que no fuera negarlas y ocultarlas. Pero estas denuncias no están, como en tiempos de Etxebeste, en antiguos e inaccesibles legajos de Indias, sino que se consiguen al minuto en las webs de las ONG, periódicos, u organismos contra la tortura; en sumarios y juicios orales; en libros; en organismos internacionales, como el Tribunal de Estrasburgo.