Los antiguos propietarios de Marsans, Gerardo Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, han pedido que se levante el embargo cautelar de sus bienes, ya que rechazan ser los culpables de la insolvencia del grupo turístico, que se produjo, a su juicio, por la prohibición de vender billetes de avión que impuso la IATA. Los dos empresarios afirman que "no han realizado ni un solo acto que perjudicara el patrimonio" de Marsans, declarada en concurso de acreedores en junio de 2010.