El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, se enfrentó a una reacción violenta por afirmar que "no hay periodistas en Gaza" durante una reunión parlamentaria. Sus comentarios fueron criticados por no tener en cuenta los importantes riesgos a los que se enfrentan los periodistas palestinos, muchos de los cuales han sido asesinados mientras informaban sobre el conflicto, lo que provocó la indignación de los profesionales de los medios de comunicación de todo el mundo.