Un ensayo clínico en fase 2 ha demostrado que es segura y bien tolerada en pacientes con depresión resistente a otros tratamientos

Al menos 94 personas, la mitad negros, murieron tras darles policías sedantes e inmovilizarles entre 2012 y 2021, según hallazgos de AP, FRONTLINE y Centros de Periodismo de Investigación: casi el 10% de más de 1.000 muertes investigadas de sometidos de maneras supuestamente no fatales. Práctica extendida silenciosamente por EE.UU. por 15 años, basada en ciencia dudosa por expertos afines a la policía. Alegando combatividad, daban sedantes como ketamina, ralentizando más su respiración; a veces sufrían paros cardíacos y respiratorio en minutos.

Elon Musk ha declarado que "casi siempre" está sobrio durante sus sesiones nocturnas -o, en algunos casos, muy tempranas- de publicación en su plataforma de redes sociales, X. El comentario del multimillonario consejero delegado de Tesla se produjo en una entrevista con el periodista Don Lemon, en la que Musk habló de su consumo de ketamina. Musk, conocido por su comportamiento a menudo errático, se ha enfrentado al escrutinio tras los recientes informes sobre su presunto consumo de drogas y el impacto potencial en sus empresas.

Elon Musk dijo que su prescripción de ketamina es beneficiosa para los inversores de Tesla. "Si hay algo que estoy tomando, debería seguir tomándolo", remarcó. Y destacó que la droga le ayuda a gestionar un "estado químico negativo" similar a la depresión.

El consumo de drogas por parte de Elon Musk ha preocupado a los ejecutivos y miembros de las juntas directivas de las empresas que dirige, informó el Wall Street Journal, citando a personas no identificadas familiarizadas con el multimillonario y las empresas. Los reportes indican que Musk ha consumido LSD, cocaína, éxtasis y hongos psicodélicos, a menudo en fiestas privadas, dijo el Journal, citando testigos anónimos y otras personas con conocimiento del asunto.

El comportamiento y la toma de decisiones cada vez más erráticos del multimillonario Elon Musk podrían deberse, según sus allegados, a un supuesto aumento del consumo de ketamina. En el extenso y detallado análisis de Ronan Farrow para The New Yorker sobre la actual intriga palaciega en el mundo de Musk, destaca un dato: las personas cercanas a la órbita del multimillonario están preocupadas de que, a medida que sigue acumulando más cosas en su plato, pueda estar automedicándose con ketamina.

El uso de drogas en el entorno empresarial no es algo nuevo, pero en los últimos años se ha hecho popular el uso de sustancias alucinógenas entre las altas esferas de Silicon Valley con el objetivo de combatir el estrés y abrir la mente a ideas más disruptivas.

La dosis diferencia a un veneno de un remedio. Usar sustancias alucinógenas para ser más productivo o ser más disruptivo implica caminar sobre una peligrosa línea roja entre el uso medicinal de la sustancia y la adicción a ella. Distintos ensayos clínicos han demostrado las ventajas de utilizar microdosis de psilocibina o ketamina para afrontar trastornos depresivos, mentales o de adicción, pero en Silicon Valley estas sustancias no siempre se administran bajo control facultativo. La tendencia más extendida es el Microdosing, o tomar estas...

Elon Musk les ha dicho a sus amigos que toma ketamina para controlar la depresión. La persona más rica del mundo también toría dosis de la sustancia psicodélica en fiestas, según contaron algunos testigos al Wall Street Journal.

El estudio de aguas residuales de 104 ciudades europeas de 21 países —a la espera de la publicación de datos más completos— ha reflejado la realidad del consumo de drogas en el viejo continente. España no sale bien parada: Tarragona es la segunda ciudad europea en consumo de cocaína, mientras que Barcelona es la primera en consumo de cocaína y la tercera en cannabis.

Agentes de la Guardia Civil y de Aduanas hallaron 1,5 kilos de la sustancia estupefaciente en la vivienda de la parroquia de La Carrera (Siero).

Sustancias como la ketamina o el éxtasis se prueban cada vez con más éxito para tratar enfermedades como la depresión o la anorexia. Algunos fondos se están dejando un dineral en financiar a las 'startups' que lo investigan. cada vez más fondos de inversión y millonarios como Peter Thiel están invirtiendo en 'startups' y laboratorios de todo el mundo que estudian cómo usar las drogas psicodélicas para tratar enfermedades relacionadas con la salud mental, como la depresión, la anorexia o distintas adicciones.

"La ketamina se está estudiando desde hace veinte años para su aplicación en depresión refractaria pero fue creada como anestésico -tanto para personas y animales- y se usa incluso en pediatría, porque al tener un margen de seguridad bastante alto, es de elección en muchas cirugías pediátricas. La ketamina tiene este potencial psicodélico, pero sobre todo tiene capacidad disociativa y, en función de la dosis utilizada, varía el efecto subjetivo de la persona."

La ketamina se empezó a usar a partir de la década de los sesenta como anestesia en los quirófanos y en los campos de batalla, además de ser una droga recreativa consumida en fiestas. “Pero, hace unos 20 años, un equipo de científicos de Estados Unidos descubrió accidentalmente que en dosis muy bajas puede mejorar rápidamente el estado de ánimo de pacientes con depresión”, explica Hailan Hu, profesora y directora ejecutiva del Centro de Neurociencias de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang (China).

El alcohol es la sustancia más empleada en la violencia sexual bajo el efecto de drogas. Los agresores lo utilizan, sobre todo, de forma oportunista: aprovechan el estado de la víctima para abusar de ella

Tres años y medio de depresión, un intento de suicidio y un largo deambular por psicólogos, psiquiatras, hospitales y toda clase de psicofármacos. Es el resumen -inevitablemente incompleto- del largo y doloroso proceso de Mireia, una mujer de 47 años, hasta llegar al tratamiento con ketamina que, por fin, «le ha permitido ver la luz al final del túnel».

Gracias a las lagunas legales y a un conjunto de investigaciones convincentes, negocios como Nushama, en Nueva York, están escribiendo las reglas sobre la marcha. El “viaje”, en este caso, es inducido por ketamina, que se administra vía intravenosa, como tratamiento para trastornos de salud mental, aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) todavía no lo aprueba como tal

Las terapias con ketamina han revolucionado la psiquiatría durante el último lustro. Se han publicado ya más de 80 estudios, muchos de ellos en revistas de gran prestigio (el último en el British Medical Journal) que demuestran sus efectos positivos en casos de depresión severa. La cautela de algunos profesionales sanitarios respecto a este tratamiento se mezcla con cierta euforia por haber encontrado una nueva vía para tratar estos casos, en lo que supone la primera innovación médica relevante contra la depresión en prácticamente 50 años

Mi primer encuentro con la ketamina no salió bien. Puesto que he sido depresiva toda la vida —adopté la costumbre de estar desesperadamente triste en la adultez temprana y así he seguido—, había recurrido a una forma más experimental de tratamiento: las infusiones de ketamina, en las que un anestesiólogo inyecta con gentileza el medicamento en las venas de una persona triste durante unos 50 minutos y espera que eso la anime. La ketamina no es un psicodélico clásico, pero puede tener un efecto disociativo potente: