Además de un bronceado bonito, las largas jornadas al sol pueden dar como resultado las no tan deseadas manchas en la piel, un problema muy común en las consultas dermatológicas y en los centros estéticos. La doctora Elia Roo, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), asegura que "si no hay sol, no hay mancha". Elia explica los tipos más comunes de manchas provocadas por el sol: léntigos, melasma o pigmentación inflamatoria.