Las abejas pueden electrificar el aire hasta 1.000 voltios por metro, más que una tormenta eléctrica, según sugiere una nueva investigación. Los enjambres producen tanta electricidad que pueden afectar el clima local, produciendo variantes en la dirección del polvo para dar forma a patrones climáticos impredecibles. A partir de esto, el equipo desarrolló un modelo que puede predecir la influencia de otros insectos: las langostas, por ejemplo, que se mueven en grupos de 80 millones de individuos, podrían tener una influencia mucho mayor.