Ver a policías agrediendo a ciudadanos sentados en el suelo con las manos en alto, es algo que solo puede generar más indignación. Los mossos no actúan por iniciativa propia: han sido enviados ahí por un político, con unas órdenes concretas. Podía procederse de muchas maneras, podía desalojarse ordenadamente, podía hablarse, podían hacerse muchas cosas. Pero por alguna razón, un político que debe ser inmediatamente cesado y procesado ha dado la orden de cargar, de agredir, de atacar a los ciudadanos, de herir por el momento a más de cuarenta.