La división del islam entre chiíes y suníes es la mentira más voluminosa del recién estrenado siglo XXI. La más sangrienta, y también la más exitosa. Se inventó en verano de 2003. Nace en verano de 2003 en Bagdad de la mano de Paul Bremer. La mentira funciona porque es útil para ambos bandos: permite mover peones sobre una tabla de ajedrez geopolítico y aclarar posiciones. El siglo XXI es el de las religiones, o eso va pareciendo, como el XX fue el de los nacionalismos: Dios ha renacido y es Todopoderoso. Si hay suficiente petróleo, claro.

Dos mujeres han insultado, perseguido y embestido con un coche a un clérigo iraní que les reprochó que pasearan a sus perros, lo cual está prohibido conforme al estricto código moral de la Revolución Islámica. En primer lugar, tras el reproche del religioso, las mujeres comenzaron a insultarle y cuando éste alertó a la policía, le persiguieron hasta que le atropellaron y huyeron. Los perros son considerados como animales impuros por el clero iraní, pero son cada vez más populares y se aprovechan las últimas horas de la tarde para pasearlos.

Un clérigo recrimina a una mujer q no tiene puesto el velo islámico. Ella le dice: “¡Habéis arruinado nuestro país y ahora me dices qué tengo que ponerme! ¡A mí nadie me dice qué ropa usar!”. La gente aplaude.