La alpargata, conocida como el calzado de los pobres, alcanzó un inusitado protagonismo en septiembre de 1920. Entre el 13 y el 16 de ese mes los malagueños llevaron a cabo una protesta contra el elevado precio y la baja calidad de zapatos y botas. La gente se echó a la calle al grito de ¡viva la alpargata!, reivindicando este tipo de calzado por ser más barato y asequible a casi todos los bolsillos. En pocos días, se vendieron en Málaga unos 40.000 pares de alpargatas. Ciudadanos de todas las clases sociales se calzaron con ellas...