El Gobierno de los talibanes plantea por primera vez públicamente la posibilidad de reinstaurar la lapidación a las mujeres que cometan adulterio (infidelidad conyugal), un método de ejecución empleado durante el anterior régimen fundamentalista y cuyo regreso amenaza con socavar aún más los derechos femeninos en Afganistán.

Durante casi toda la historia de EE.UU., lograr un divorcio fue difícil. Muchos estados lo prohibían completamente, otros lo permitían sólo en circunstancias limitadas; como por crueldad, abandono o adulterio. Las parejas que no pudieran probar esas “culpas” estaban atrapadas. En 1969 California fue el primero en permitir el divorcio sin culpa; para 1985 todos los 50 estados contemplaban algún tipo de divorcio sin culpa. Pero ahora analistas y legisladores republicanos han estado limitándolo, cuestionando el desamor como razón valida.

En un video un clérigo islámico (imán) de la mezquita de Green Lane, Birmingham, explica cómo apedrear hasta la muerte a una mujer que ha engañado a su marido. "Hay que meterla -dice Zakaullah Saleem- en un agujero que la cubra hasta la cintura para proteger su pudor. Sólo entonces se puede lanzar la primera piedra". El gobierno británico suspendió las subvenciones de 2,2 millones de libras que se habían destinado a la construcción de un centro juvenil junto a la mezquita de Green Lane.

Un hombre de Indonesia ha sido azotado públicamente por adulterio, en virtud de una ley draconiana que él ayudó a crear.

En la era MeToo revisar figuras femeninas empoderadas es tendencia, pero por muy empoderada que se presente a Bárbara Rey en la serie Cristo y Rey, se han quedado cortos: cuando chocó con el Estado por su relación con el Rey, se mostró aún más empoderada que Lara Croft. Cuando el Borbón le dijo que la relación se había acabado, como había hecho antes con otras sin que pasara nada, Bárbara montó la de dios y la ruptura derivó en crisis de estado. y habría caído en saco roto si no fuera porque llevaba años grabando las conversaciones y encuentros

"La mujer no puede ser tratada como un bien más y ya es hora de decir que el marido no es el dueño de su esposa", dice el presidente del tribunal.