La balanza por cuenta corriente fue el gran martirio de España durante la crisis financiera. Este indicador, que había estado olvidado desde la creación del euro, mostró de pronto su gran relevancia y condujo a España al rescate financiero. En concreto, su apartado más relevante fue la cuenta de rentas primaria, que recoge la retribución de las inversiones extranjeras en España. Esto es, el coste de remunerar a quienes invierten en España, ya sea a través de intereses de la deuda o de dividendos.