La prohibición, con carácter general, de la quema de residuos vegetales generados en el entorno agrario o selvícola que establece la Ley estatal 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, ha creado “malestar” entre los agricultores de Aragón, que únicamente tendrán posibilidad de deshacerse de estos restos mediante su quema por cuestiones de sanidad vegetal. Si no, tendrán que picarlos, triturarlos o llevarlos a zonas habilitadas para su destrucción.