Icefin, el robot autónomo submarino, está diseñado para llegar a donde ningún ser humano puede. Nadando frente a la costa de la Antártida y bajo 60 metros de hielo, la máquina con forma de torpedo desciende a través de un pozo que fue perforado con agua caliente, toma lecturas y hasta videos de la vulnerable parte inferior del glaciar Thwaites, también llamado "del Juicio Final". El Thwaites se está deteriorando rápidamente, y si se derrumba, el nivel global del mar podría subir más de 30 cm.