Frente al discurso hegemónico de “salvar a los bancos”, “rescatar a las finanzas”, “pagar la deuda”, empieza emerger otro discurso: el de “salvar a las personas”, “rescatar a los pobres”, “no pagar la deuda”. ¿Cuál es el sentido de inyectar masivamente dinero público a entidades financieras como Bankia sino mantener los privilegios de unos pocos a costa de los derechos y las necesidades de la gran mayoría? Como bien señala Occupy Wall Street, se sacrifica al 99% para salvar al 1%.