La contienda científica más apasionante de la historia de la humanidad, la búsqueda del bosón de Higgs en los aceleradores de partículas LHC europeo y Tevatron americano, puede terminar sin desenlace por culpa de la crisis económica. La competición entre el LHC del CERN, el acelerador de partículas europeo situado en las cercanías de Ginebra, en la frontera franco suiza, y el Tevatron del Fermilab situado en Batavia, estado de Illinois en los EEUU, por saber en qué continente se detectará por primera vez la «partícula de Dios».