Estamos ante una seria recesión democrática. La mayoría de gobernantes de esta derecha dan claras muestras de no entender cómo funciona la libertad de expresión y de exigencias pacíficas en una democracia. Hay mucha gente que está perdiendo mucho: trabajo, casa, estudios de hijos, sanidad para sus familias. Mucho. Si encima no se permite protestar razonablemente por ello, podremos entrar en un conflicto mayor que el que se quiere impedir.