Cristina Fernández, nacida en La Plata en enero de 1953, recibida como abogada por esa universidad, peronista de izquierdas, metida en política, ha llegado a la presidencia de Argentina. A la hora de decantarse por una de las dos, Cristina prefiere a aquella Eva que desde una extracción humilde, extramatrimonial y provinciana, semianalfabeta, actriz secundaria de radio, pálida figura en los camerinos del teatro Colón, se apoderó del corazón de su pueblo, un enigma político que nadie, incluso siendo argentino, ha sido capaz de descifrar.