En resumen, las entidades nacionalizadas, una vez saneadas con dinero público, se regalan a los bancos privados para ayudarles a sanear sus propias cuentas. Todo el sistema financiero estaría en quiebra si no fuera por las ayudas públicas, que a finales de 2012 alcanzaron los 269.609 millones de euros, a las que hay que sumar préstamos del BCE por 371.140 millones de euros. El sistema bancario español ha precisado en total de 640.749 millones de ayudas públicas sin que haya resuelto su problema de solvencia.