Marie Lupe Cooley, de 41 años, vio un anuncio de su empresa en el que pedían una persona con su perfil, así que supuso que iban a despedirla. A continuación se dirigió a la oficina y, según el parte policial, borró de los ordenadores de la empresa el trabajo de 7 años, valorado en 2,5 millones de dólares. Al final se han tenido que gastar una pasta en recuperar los datos. Y por cierto, en principio ella no iba a ser despedida (¡!)