No se está teniendo en cuenta el ciclo de vida de la botella: qué impacto medioambiental tiene su fabricación, cuánta energía se usa en su producción y transporte, cómo se conserva, si se reutiliza, cuánto tiempo de vida útil tiene…
Todos estos parámetros se han analizado científicamente y, para sorpresa de muchos, las botellas de vidrio o aluminio no salen mejor paradas que las de plástico. Eso sí, las botellas de plástico tienen mucho margen de mejora.