Un cachete suele ser un impulso de los padres, producto de la impotencia, la falta de control, o el cansancio. Muchos padres hacen verdaderos esfuerzos por no perder la calma ante situaciones de sumo estrés como son las rabietas de los más pequeños. Lo que ellos no saben es que hacer eso, no perder la calma, es una victoria en sus relaciones de ahora, mañana y siempre. Por eso, la bofetada a tiempo no es útil, no es buena, agrede, física y emocionalmente al niño, como explica Olga F. Carmona, Psicóloga Clínica, experta en Psicopatología de la..