En estos momentos, la edad media del parque móvil español es de 12 años exactos. Según informes recientes, el 59,4% de los coches que circulen por nuestras carreteras en 2017 tendrá más de 10 años. Tras el reciente repunte de la mortalidad en carretera en 2016, la DGT no ha tardado en mencionar el envejecimiento del parque móvil como una de las causas. ANFAC – la patronal de los concesionarios – barre para casa, comunicando de forma oficial que estos vehículos son “un riesgo en materia de seguridad y un aumento de las emisiones a la atmósfera”.

Madrid tiene un gran problema de contaminación atmosférica, evidenciado por la activación casi continua de los protocolos de actuación por NOx en los últimos tiempos. Aunque los vehículos de diésel son los grandes responsables de toda esta contaminación, hay un factor inherente imposible de controlar y es que la localización de Madrid favorece la contaminación atmosférica.

Que las emisiones de los motores diésel son perjudiciales para la salud es un hecho incontestable, pero es que los de gasolina actuales no son unas hermanitas de la caridad precisamente. A medida que los fabricantes tienen que extraer más energía de cada gota de combustible y reducir las emisiones de CO₂ aparecen otros productos en los gases de los motores de gasolina.

El motor diésel del BMW X3 en su versión XDrive20d emite 11 veces más NOx que lo permitido por la regulación de la Unión Europea, lo que, tal y como señala el ingeniero español que ha ayudado a destapar el caso Volkswagen, no implica necesariamente que el fabricante de Múnich haya hecho la misma trampa que su homólogo de Wolfsburgo.