Queramos o no en las bodas no todo sale perfecto. El alcohol, los nervios, los suegros, los invitados, el del coche, las flores, el cura, los amigos pesados, el servicio del restaurante… todo mezclado se convierte en una pequeña bomba que cuando estalla hace que se produzcan situaciones que queramos olvidar, pero que la proliferación de cámaras de fotos por m2 hace que esta tarea no sea posible. Os presento una serie de fotos que no acabarán en el cuidadoso álbum de bodas, pero que irremediablemente han de suceder