En agosto de 1971, Richard Nixon decretó el fin de los cambios fijos de divisas, el llamado patrón-oro nacido de los acuerdos de Bretton Woods. Fue un terremoto sin ruido. Milton Friedman dijo que la era de los cambios fijos había acabado y que Bretton Woods había sido borrado del mapa. Así fue que el patrón oro, hecho para crear un sistema monetario estable y traer la paz financiera al mundo, dio dando paso a la era de la especulación planetaria desenfrenada.