Podría haber sido muchas cosas. Pero por desgracia, fueron las redes sociales. Y ahora va mi pequeña anécdota al respecto: ODIO LAS ‘REDES SOCIALES’. Con la salvedad de twitter, no tengo ninguna, ni me interesa tenerla, ni me come la curiosidad ni nada de nada de nada de eso. Yo soy así de retrógrado, con mi cuenta de gmail, mi twitter y mi msn me va de lujo. ¡El caos! ¡El horror! Fosforo pretende llevarnos a la era de las cavernas, donde chateabas a pantalla completa en lugar de en una cómoda y práctica pestañita minúscula...