Según dicta la teoría, las tarántulas son animales demasiado pesados para poder escalar superficies verticales. Sin embargo, estos peludos trepadores parecen decididos a desafiar no sólo las leyes de la gravedad, sino también las teorías sobre ellas previamente establecidas. Según un estudio publicado en 'Journal of Experimental Biology', su misteriosa habilidad de sujeción proviene de sus patas, que proyectan diminutos hilos de seda.