«Pudo ser presidente de Paradores, pero ha decidido fundar una taberna. Huyó de las puertas giratorias y regresó a la Universidad». Se podrá coincidir con Pablo Iglesias; se podrá discrepar de él y, en sustanciales aspectos, yo me encuentro lejos del líder de Podemos. Pero la objetividad exige reconocer sus cualidades. Hay que ser muy mezquino para negar esas virtudes o para reírse de algunas de sus acciones. Cánovas del Castillo escribió que «la capacidad para elogiar al que discrepa engrandece la vida política y cultural».