Ahora, ante un panorama económico y social más que desolador, con más de 5 millones de parados, los ciudadanos españoles somos incapaces de levantarnos y reclamar lo que es nuestro, mientras los máximos dirigentes de este país nos arrebatan cada vez más libertades. Pero, en este caso, ¿qué sería lo adecuado? ¿No sería digno y razonable que el pueblo decidiese su propio futuro? ¿Va a dejar el señor Rajoy de repetirnos que las reformas son por nuestro bien, como si fuésemos bebés y, por consiguiente, dejar de comportarse como un aristócrata...