Desde la noche del pasado lunes 27 de febrero, Las Palmas de Gran Canaria viene acaparando portadas y titulares en los medios locales y nacionales. Todo debido a la actuación de Drag Sethlas. Ante esto pensar y reflexionar con frialdad, con la cabeza y no con las vísceras; utilizar los instrumentos que ofrece el Estado de Derecho, pues la libertad de expresión no es un valor absoluto: convive y limita con otros muchos derechos; y los creyentes, perdonar a quienes insultan y se mofan de las convicciones más profundas.