En su obra, González-Hurtado, un exitoso ejecutivo que se ha empeñado, y lo ha conseguido, en demostrar que la mayor parte de los grandes científicos han sido creyentes. Es gente que sabe demasiado para no comprender que el universo no puede explicarse sin un Creador pero, sobre todo, han aprendido que ellos mismos no pueden dar razón de su existencia, una cura de humildad de primer orden. Y así, el autor recuerda que Dios es de ciencias: el 30% de Premios de Literatura son ateos, entre los nobeles de Física, sólo el 10%...